Más rápida, más inteligente, más amable: cómo la IA puede ayudar a revolucionar la experiencia del paciente

Por Laura Velásquez Herrera,
Presidenta y cofundadora de Arkangel.AI

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Con sus raíces en la compasión y la humanidad, el sector de la asistencia sanitaria puede parecer un lugar poco probable para que la inteligencia artificial (IA) desempeñe un papel importante. Sin embargo, a medida que profundizamos en los complejos procesos que dan forma a nuestros sistemas sanitarios, descubrimos multitud de formas en las que la IA podría revolucionar la atención al paciente para mejorar los diagnósticos.

Esta tecnología ya está teniendo un impacto powerful ways. en la asistencia sanitaria. La IA está contribuyendo a la detección de afecciones como cardiopatías, enfermedades raras y cáncer. Además, está agilizando tareas administrativas como la redacción de resúmenes y notas, lo que libera a los facultativos de la carga del papeleo. Así, pueden dedicar más tiempo y energía a lo más importante: sus pacientes.

A medida que seguimos adoptando y desarrollando la IA en la asistencia sanitaria, es fundamental que mantengamos a los pacientes en el centro de todo lo que hacemos. Cuando cofundamos​​​​​​​ Arkangel AI, una plataforma impulsada por IA y centrada en la mejora de los servicios de asistencia sanitaria, nos impulsó la idea de capacitar a los profesionales sanitarios para que mantuvieran el elemento humano al frente de su sector. Con el poder sin precedentes de la IA a nuestro alcance, tenemos la responsabilidad de crear soluciones escalables que aborden de forma significativa los desafíos de la sanidad mundial. No podemos caer en la trampa de crear tecnología solo porque sí. Por ejemplo, un algoritmo de predicción del cáncer solo tiene verdadera repercusión si es accesible a personas y pacientes de todo el mundo. Para aprovechar plenamente los beneficios de la IA, no solo debemos desarrollar la tecnología, sino también asegurarnos de que esté ampliamente disponible.

Barreras a la IA en la asistencia sanitaria

Según nuestra experiencia, existen tres grandes barreras que impiden que la IA alcance todo su potencial en el sector de la asistencia sanitaria.

La primera es que la mayoría de los profesionales de la asistencia sanitaria no conocen bien los entresijos de la tecnología y la gestión de datos. Existe una importante necesidad de educación sobre el uso de la tecnología. Su experiencia y su atención se centran legítimamente en los pacientes que tienen delante. Los expertos en IA deben trabajar con los responsables de la toma de decisiones y los propios profesionales para ayudarles a comprender cómo y dónde puede ayudarles la IA, y crear una infraestructura de apoyo con la que puedan utilizar las herramientas eficazmente, sin que repercuta en el tiempo y la energía de que disponen para sus pacientes.

El segundo punto es la falta de comprensión de los problemas reales que hay que resolver. Sin esto, los proveedores no pueden determinar dónde y cómo la tecnología de IA puede aportar un valor significativo. Después, se trata de ver si hay datos para resolver ese problema. Sí, hoy en día hay muchos datos, pero no siempre son utilizables. Sin embargo, siempre hay formas de encontrar soluciones, siempre que los objetivos sean claros y procesables.

La tercera barrera, y quizá la más peliaguda, es la falta de comprensión de la inaccesibilidad de la asistencia sanitaria en muchas partes del mundo. Hoy en día, más de la mitad de la población mundial no tiene acceso a servicios de asistencia sanitaria. La IA puede ayudar a mejorar y ampliar la cobertura de la asistencia sanitaria esencial en zonas de poco acceso. En las zonas rurales de América Latina, por ejemplo, Arkangel AI está ayudando a crear modelos que se adaptan a las infraestructuras y capacidades básicas de que disponen los profesionales sanitarios. Nos está ayudando a llegar a personas que no tienen acceso a proveedores especializados como radiólogos, pero también está permitiendo la detección precoz de enfermedades como la malaria o la predicción del dengue para tomar medidas preventivas y reducir el exceso de contagio.

Para que los pacientes experimenten resultados verdaderamente positivos, las instituciones sanitarias y los gobiernos deben solucionar los problemas subyacentes en sus sistemas. Para ello, hay que adoptar una mirada lúcida centrada en las necesidades y demandas de las personas. Diseñar herramientas de IA que solo puedan implementar unos pocos (para unos pocos) solo corre el riesgo de ampliar la brecha de la desigualdad en la asistencia sanitaria.

Mejores procesos, atención más compasiva

Incluso tomando en cuenta estas imponentes barreras, el potencial de la IA para mejorar la experiencia del paciente, y su pronóstico, es demasiado prometedor como para ignorarlo.

El sistema sanitario actual está sobrecargado: demasiados pacientes, pocos profesionales, demasiado papeleo, poco presupuesto. En manos de administradores y profesionales experimentados, las herramientas de IA permiten a los sistemas sanitarios aliviar la carga de los profesionales, aumentar la eficiencia y reducir costos. De este modo, la IA tiene el potencial de hacer que la asistencia sanitaria sea más accesible y tenga un mayor impacto.

No obstante, para lograrlo, los algoritmos de IA deben ser éticos, utilizables y escalables. Dado que los datos de la asistencia sanitaria digital son muy sensibles, debemos asegurarnos de que tenemos un entendimiento común de lo que necesitan los sistemas de IA funcionales y accesibles y de cómo crear sistemas que funcionen de manera respetuosa y responsable.

Las Normas Internacionales, como las desarrolladas por ISO, serán vitales a la hora de emprender esta importante labor. Desde la sanitización de los datos hasta su protección, Normas Internacionales como ISO 27001 e ISO/IEC 27040 pueden ayudar a garantizar que los profesionales sanitarios tengan el control de la recogida de datos y que puedan proporcionar datos relevantes, en buen estado y seguros a las herramientas de IA.

Las Normas Internacionales pueden cambiar las reglas del juego a la hora de abordar las disparidades mundiales en la recogida, la conservación y el uso de los datos. Al establecer directrices uniformes y ofrecer herramientas esenciales, estas normas permiten a los profesionales sanitarios avanzar en su trayecto digital de datos. La adopción generalizada de las normas ISO podría establecer una base de datos sólida que permitiría a las herramientas de IA crear más impacto para más personas.

Si damos prioridad a las normas y a la ética y trabajamos en equipo, podemos crear un ecosistema sanitario en el que la IA actúe como un poderoso asistente de los facultativos, mejorando así los resultados clínicos de los pacientes, aumentando la eficiencia y reduciendo los costos. Con unas directrices claras y un enfoque firme en el bienestar del paciente, la IA tiene el potencial de revolucionar la asistencia sanitaria y salvar vidas.